La modernidad es una experiencia vital espacio -tiempo, en donde se nos propone un mundo plagado de oportunidades, aventuras, poder, incertidumbre y al mismo tiempo una ola devastadora. El proyecto de la modernidad sienta sus bases sobre el desarrollo de una ciencia objetiva, desapegandose fundamentalmente de las formas tradicional que otorgan el poder bajo los estructuramientos del mito, la religión y la tradición.
Este proyecto en busca de dominar todas la prácticas en la naturaleza, también abarca la necesidad de que los hombres más fuertes primen, ya que es inevitable no proponer una idea o una forma de hacer sin que esta vaya en contra de otras concepciones, de este modo el autor nos rememora el mito de Fausto concluyendo que aunque el espacio que se reforma con nuevas ideas aparentemente prosperas, recreara la devastación de sí misma, puesto que destruirá todo aquello que no logre adaptarse al plan maestro o a las normas establecidas para su permanecía, es decir que todo aquello diferente deberá reformase para poder encajar y no sufrir la expulsion de la nueva ley.
La modernidad es así el desarrollo de una filosofía de progreso unilineal, y por lo tanto solo habrá una única representación del mundo, aunque se muestre de diferentes maneras la conclusión será la misma; con el cambio de siglos esta noción ha sido ejemplificada por multiplicidad de formas, y es el arte donde mejor se observa este fenómeno, promoviendo pluralidad de lecturas sociales.Esta multiplicidad de formas se debe a que la región perceptiva es variable, cada ser humano posee experiencias totalmente diferentes a la del otro, de allí la subjetividad, donde se promueve la desublimacion de jerarquías y desligitimacion de discursos totalizadores, de modo que no hay una sola modernidad sino una pluralidad de modernismos.
En el nuevo mundo tecnológico, que avanza rápidamente programando nuevas formas el tiempo y espacio, El poder de los nuevos medios radica en la mezcla de lo real y lo imaginario, su ubicuidad ha logrado eliminar la estructura centro- periferia, desapareciendo las distancias física y temporales, generando como tal inseguridad que se refleja en el ámbito económico donde nos define más nuestra relación con el consumo que con la producción, vivimos en un capitalismo tardío caracterizado por modelos de consumo efímeros que actúan principalmente en el área del gusto, de donde se planifica una dominación mediante la mimesis.
La dominación del gusto radicara n la importancia y el poder de la publicidad y los medios de comunicación, debido a que estos fundamentan gran parte de nuestro sentido de la realidad y de la forma en que actuamos dentro de la misma, condicionando modelos y estilos de vida, en cuanto a sus valores e ideologías. Así bien la modernización logro su cometido de liberar nuestras construcciones Morales de la tradición, a través del bienestar material tanto individual como general.
La cultura ahora radica en la imagen, esta se fascina por encontrar la identidad en estilos de vida y búsqueda incansable de nuevas experiencias , por lo tanto la expansión del capitalismo ha llegado hasta los rincones más sencillos de la sociedad, imponiendo un modelo sobre las bases del deseo y dejando de un lado en lo consumo en cuanto tiene que ver con la necesidad, de esa manera tema del placer se traduce en imágenes que actúan como un lenguaje universal y se detienen en aspectos particulares del ámbito donde operan.
El consumo desaforado nos ha orientado a el trabajar para consumir, y no para vivir, es decir que el consumo inventiva nuestra necesidad por obtener dinero, y de la misma manera lo justifica, en conclusión a pesar de que la acción vaya a paso agigantados, la reflexión y el crecimiento espiritual humano va lento, es nulo o se destruye, de modo que el sujeto no podrá alcanzar autonomía ni control
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